miércoles, 20 de abril de 2016

Visita a la Cinacina. Jueves 21 de Abril. 13 hs. puerta del Colegio de la UNLPam

“Mirar- Ver- Imaginar la ciudad de Santa Rosa a 124 años de su fundación: Salida de reconocimiento y relevamiento fotográfico de monumentos, edificios y objetos de valor patrimonial.” Llevar, teléfonos y/o cámaras por grupos (de 3 integrantes). Papel y lápiz El viernes 22 de abril se festeja la fundación oficial de la ciudad de Santa Rosa. Numerosos actos, muestras artísticas, exposiciones dan cuenta del pasado y la necesidad de reafirmar la memoria como proceso de identidad ciudadana. La invitación del Atelier-Museo “La Cinacina” a esta institución para visitar la exposición abierta de objetos históricos y obras de arte es una de las actividades presentadas en la ciudad con estrecha vinculación a temáticas vinculadas con este espacio curricular. En este sentido se piensa la visita a este Atelier- Museo emplazado en el antiguo barrio de Villa Tomás Mason Sur, complementada con el reconocimiento de obras artísticas, callejeras, intervenciones urbanas que se podrán identificar en el trayecto del colegio y el lugar de destino. La convivencia con el arte crea un tipo de relación natural entre el habitante y el objeto artístico, tan natural como para no poder prescindir de éste y tan extraordinaria al mismo tiempo como para otorgar al habitante de lo urbano, la capacidad de la justa estimación de las cosas reales, de su valor y de su caducidad. El hecho repetido y constante de verla todos los días, en las calles y en las plazas, no exige una sensibilidad especial para percibirla, sino que justamente crea tal sensibilidad. Por ello, como afirma Argan(1983) el problema es justamente el valor estético de la ciudad, como espacio visivo, como una obra de arte o un conjunto de obras de arte. No debemos olvidar que la ciudad no está hecha de mampostería o asfalto sino de una sociedad que le atribuye valor a elementos materiales y no materiales. De hecho, el valor de una ciudad es el que le atribuye su comunidad, por lo tanto es necesario ver cómo se desarrollo la atribución de valor a los datos visivos de la ciudad, a sus rostros, a sus huellas, a sus ruinas y monumentos. Existe un rechazo a la historia y a la arquitectura por parte del pragmatismo que caracteriza al mundo moderno: el desplazamiento de los monumentos, la destrucción de los tejidos urbanos, la demolición de casas memorables, la diáspora de las obras de arte alejadas de su antigua ubicación, la pretensión de subordinar la conservación a las exigencias o al gusto moderno son algunas de las acciones planteadas por Araque (1997) y que contribuyen a la desambientación original. El mismo autor advierte que la presencia de obras de arte siempre caracteriza a su contexto, manifiesta su historicidad. Como el contexto determina las ideas del espacio y tiempo, estableciendo una relación entrañable entre el habitante y el escenario urbano, quitar su carácter de territorio, privándolo de sus presencias artísticas tradicionales corresponde a un modo de favorecer las neurosis colectivas, que se expresan en actos de rechazo de la civilización que van desde el vandalismo al saqueo. Vale decir que la ciudad como proceso es también generadora y se actualiza como ente urbano a través de los símbolos urbanos de quienes viven. En esa cotidianeidad segmentan sus espacios privilegiando ciertos usos sobre otros rechazando o aceptando distintos motivos que ofrece la ciudad a sus habitantes. La ciudad “vive creaciones literarias permanentes”, no en el sentido de escribir literatura, aún cuando en ciertos casos inscribe un pensamiento audaz y rápido sobre un muro, sino de evocarla en su práctica. ¿Cómo este recorte de la ciudad es visto por los adolescentes? Para llevar adelante el reconocimiento y relevamiento utilizaremos dos recursos cartográficos: el croquis y el mapa (plano) El primero concebido como dibujo punteado donde los ciudadanos/as representan su espacio territorial. De esta manera el ciudadano subvierte formas y estrategias de dominación al concebir y representar lo suyo, lo territorial, por fuera de los límites oficiales, para colocar en su lugar el croquis de su autorepresentación. El mapa (plano) representa el espacio que se impone como propio por parte de (“la historia oficial”) un país, una ciudad, una comunidad (Silva: 91) Para llevar adelante estos procedimientos de “reconocer, relevar e imaginar” se proponen algunos pasos: Conocer cuestiones históricas y situacionales del área a recorrer; mirar atendiendo a valores arquitectónicos, patrimoniales, lo “normado” lo “conflictivo”, lo “invisibilizado” lo relictual y repasar imágenes que evoquen a marcas, recuerdos afectivos, sensaciones. Actividades: Grupos de 3/ 4 alumnos - Cada grupo: Siguiendo el plano y la información suministrada por la profesora o documento, registra con fotografías, lo visible y lo oculto (observar aleros y las partes altas de las construcciones) graffitis, monumentos, esculturas, intervenciones urbanas. En el transcurso de la caminata elaborar un croquis y plasmar sus vivencias personales, percepciones actuales, pasadas, colorear, registrar por escrito para luego volcarlo. Registro de la charla brindada por la Prof. Cristina Ércoli Itinerarios/recorridos (si corresponde): 13:00Salida del Colegio (Estación FFCC; Molino, Antártida Argentina) 13:30 Charla en el museo-Atelier La Cinacina Rio Negro 943 14:15 regreso por primero de Mayo, terrenos del FFCC y Alvear. Colegio

Estudiantes secundarios de Santa Rosa, frente al Colegio Nacional en la década de 1920. Colección Noemi Monmany.

Así caminaremos por la misma calle mañana...